Mientras la economía mundial se encuentra conmocionada por la ola de inflación global, en Bolivia el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se ha mantenido sorprendentemente estable.
La guerra en Ucrania y el estímulo con el que los gobiernos respondieron al golpe de la pandemia han hecho subir los precios en muchas partes del mundo a niveles no vistos en décadas.
En América Latina, el impacto del alza es especialmente doloroso.
Pero Bolivia hasta ahora ha podido liberarse y cuando las curvas de sus vecinos y de medio mundo se dispararon, Bolivia incluso registró una caída de precios de 0,1% de febrero a marzo de este año.